Una de las preguntas más frecuentes dentro de la facultad de la arquitectura surge sobre el génesis de esta milenaria profesión ¿Cómo fue que pasamos del barro y las rocas a los rascacielos? ¿Quién fue el primer arquitecto de la historia? Si quieres respuestas pues te sugerimos que tomes asiento y nos acompañes a adentrarnos en el origen de una de las 7 bellas artes del mundo.
La arquitectura quizás sea una de las pocas profesiones que posee un origen indeterminado, podría decirse que surgió como una respuesta natural a la supervivencia del hombre en la prehistoria.
En este punto, los primeros hombres abandonaron las cavernas para emigrar y buscar un lugar más próspero donde establecerse, cazar y procrear. A raíz de este salto se vieron forzados a construir por primera vez refugios con ayuda de materiales naturales muy livianos como ramas y hojas.
Con el tiempo, estos nómadas se adaptaron y comenzaron a utilizar elementos más fuertes como rocas y árboles. A un ritmo sorprendente las ya numerosas tribus de estos hombres desarrollaron habilidades en la construcción para protegerse de otros pueblos y de animales salvajes.
Toda esta evolución histórica del hombre y su instinto de supervivencia los llevó a dedicarse al levantamiento de ciudades y obras que les permitieron resguardarse, alimentarse, ilustrarse y rendir culto a sus dioses.
Fue así como nacieron la mayoría de las grandes civilizaciones del mundo como la egipcia, la romana, la sumeria y la griega.
Sumerios y egipcios: Los primeros en implementar la arquitectura
Los sumerios y los egipcios fueron los encargados de levantar las primeras grandes obras del mundo, muchas de ellas como símbolos de adoración a sus dioses.
Los de Sumeria, conocidos como la primera y más antigua civilización de todos los tiempos se asentaron entre los ríos Tigris y Éufrates.
Su arquitectura estaba compuesta principalmente por ladrillos de adobe, los cuales eran elaborados de forma artesanal; vertían arcilla húmeda en moldes de madera para luego dejarlos secar al sol.
Peso a esto, los sumerios decidieron cocinar sus ladrillos en hornos y con esto lograron fabricar materiales de construcción más fuertes y resistentes.
Una de sus más majestuosas edificaciones fue el Zigurat de Ur, un templo mesopotámico en forma de torre que construyeron para adorar al dios Nanna.
Por otro lado estaban los egipcios, tal vez una de las civilizaciones más influyentes del mundo actual y que a pesar de haber utilizado madera, adobe o ladrillo al comienzo, sus construcciones se centraron en la utilización de piedras perfectamente cortadas.
Sus obras pasaron a ser divinas, gigantescas y sólidas, representaban a un pueblo organizado y gobernado por una única figura; el faraón.
La Necrópolis de Guiza, lugar donde se encuentran las pirámides construidas por los faraones de la cuarta dinastía; Keops, Kefrén y Micerino aún siguen de pie.
Griegos y romanos: Idealistas y estrategas de la arquitectura
Eventualmente los griegos se dedicaron a organizar las grandes ciudades y territorios en “polis”, pueblos autosustentables que albergaban sus templos, casas, calles, auditorios, comercios y demás centros urbanos.
A diferencia de los sumerios y los egipcios, los adeptos a Zeus se dedicaron a construir lugares de esparcimiento como el Ágora, una plaza al aire libre donde los griegos podían realizar toda clase de eventos sociales.
Fue así como la figura del arquitecto tomó relevancia y comenzó a influir en la política y la religión en cada una de las civilizaciones posteriores, ya que las grandes obras eran símbolo de poder y conexión con los dioses.
No es casualidad que la arquitectura romana dominara toda Europa, el imperio del Cesar se caracterizaba por tener grandes constructores y un sistema propio, utilizaban piedra, ladrillo y hormigón para trabajar.
Uno de los elementos más utilizados en sus obras era el arco, el cual emplearon para fabricar tanto ventanas como cerramientos, de igual forma construían cúpulas, piezas que destacan por su originalidad, un detalle que se puede apreciar en el Panteón de Agripa.
La arquitectura romana a diferencia de la griega se dedicaba a crear espacios cerrados, donde imperaba la planificación, la simetría y la funcionalidad.
Sin embargo, con la caída del imperio romano, las ciudades más importantes perecieron ante un nuevo orden político y social, se instauraría en aquel entonces el modelo feudal, donde la Iglesia Católica era quien poseía la mayor cuota de poder.
A raíz de este nuevo periodo, la arquitectura en todo el occidente de Europa comenzó a ser utilizada para construir catedrales e iglesias a través de maestros designados, apartando momentáneamente la figura individual del arquitecto.
Durante esta etapa las construcciones se enfocaron en la estética interior y la apariencia exterior, gracias a esto se creó la cúpula y estructuras con formas verticales y puntiagudas cuyo objetivo era crear una comunicación con dios.
Periodo definitivo de la arquitectura: Renacimiento y Revolución Industrial
Ya en el Renacimiento, cuando el feudalismo sucumbió ante las crecientes protestas y reformas, la arquitectura tomo un empuje muy importante gracias al tratado De Architectura de Marco Vitruvio Polión, el cual entre otros términos establecía la planificación de las construcciones a través de dibujos precisos.
Esta habilidad artística permitió la aparición de grandes arquitectos como Jacopo Barozzi Vignola, Leon Battista Alberti y Migel Angel.
A pesar de que la arquitectura continuara evolucionando en el siglo XIX, la Revolución Industrial provocaría una crisis en muchos aspectos políticos, sociales y culturales, involucrando a la profesión y sus ejecutores.
Sin embargo, la figura del arquitecto prevaleció gracias a diferentes movimientos historicistas y el respeto por el arte ayudó a que la arquitectura continuara modificando y construyendo el entorno donde convivimos en forma de sociedad.
¿Por qué Imhotep fue el primer arquitecto en la historia?
A pesar de que el significado de su nombre no tenga relación con todo lo que podía hacer este hombre, “el que viene en paz” fue el encargado de construir la primera de las pirámides en el antiguo Egipto, la reconocida Saqqara.
Convirtiéndose también en la primera obra arquitectónica construida en piedra por el hombre, dicha pirámide necesitó de un esfuerzo físico sobrehumano; extracción, transporte, fabricación y ensamblaje de cada una de las piedras calizas.
Para la construcción de esta gigantesca estructura, Imhotep comenzó cavando una cámara funeraria de 28 metros de profundidad y 7 metros de ancho aproximadamente con granito y yeso. Sellándola definitivamente con un enorme roca caliza de 3.5 toneladas.
Ideó una base rectangular para la pirámide de 140 x 118 metros de este a oeste, logrando una altura máxima de 60 metros. Esta ambiciosa e histórica obra arquitectónica fue construida en 2620 a.C y sirvió como modelo para las pirámides de Guiza y otras edificaciones egipcias posteriores.
Gracias a este hito, Imhotep, a pesar de no ser un faraón pasó a ser considerado un Dios por el pueblo egipcio en los años siguientes, sirvió a Djoser máximo líder de la tercera dinastía egipcia, no solo destacó como arquitecto también lo hizo como médico, astrónomo y administrador.
Otros hombres que ayudaron a escribir la historia de la arquitectura
A pesar de que Imhotep fue el primer arquitecto en la historia de la humanidad, recientemente importantes nombres colocaron su grano de arena a través de la arquitectura para completar la interminable tarea de cambiar el mundo.
Antoni Gaudi
Reconocido como uno de los más grandes arquitectos del siglo XX, Antoni Gaudí Placid Guillem Gaudí i Cornet dedico su vida al diseño y construcción de importantes obras que transcendieron desde Barcelona a todo el mundo.
De lengua catalana, Gaudí logro diseñar una de las iglesias más famosas del mundo; La Sagrada Familia. Una estructura que combina el estilo Gótico, Barroco y Art Nouveau, convirtiéndose en uno de los emblemas de la ciudad.
Posee una altura de 90 metros por 60 metros de ancho, el diseño original de Gaudí se basó en 18 torres, 12 de ellas por los 12 apóstoles, 4 por los 4 evangelistas y 2 para Jesús y María, todos ellos figuras sagradas de la iglesia católica.
Louis Sullivan
Considerado como el padre de la arquitectura moderna, Louis Henri Sullivan fue famoso por su estilo simple pero detallado, sus obras están atribuidas a rascacielos modernos, los cuales fueron los primeros en ser construidos mediante una técnica de viga-columna que permitían a los edificios ser más altos y tener ventanas más grandes.
En 1879 fue contratado por Dankmar Adler para diseñar y construir una de sus obras más famosas: el Auditorio de Chicago, el Edifico Wainwright en San Luis y el Edificio Prudential en Buffalo, Nueva York.
Le Corbusier
Charles Édouard Janneret fue uno de los primeros arquitectos en preocuparse por la forma en que funcionaban las grandes ciudades, fue un urbanista, escritor y pintor, con el tiempo se ganó el apodo de Le Corbusier (que en francés significa: el cuervo).
Fue el responsable de diseñar importantes obras en Paris como la Villa Savoye, una obra cuya idea saco de un concepto que el mismo decidió llamar “machiine a habiter”, o sea, una maquina en donde habitar.
Le Corbusier basaba sus diseños en lo estético y funcional y al igual que una maquina sus edificios no poseían demasiados adornos. Sus principales obras fueron: el Museo Nacional de Arte Occidental en Tokio, el Unité d’Habitation en Marsella, la Chapelle Notre Dame du Haut en Ronchamp y el Centro Le Corbusier en Zurich.
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