El arquitecto es un especialista en la percepción del espacio y la conversión de los mismos en obras destinadas a ser habitadas o aprovechadas por los humanos. La visión de un arquitecto no sólo debe considerar los aspectos prácticos en materia de costos y posibilidades reales de producción de un proyecto, sino que debe imaginar cómo será la vida de la gente en esos espacios.
Se trate de un enorme edificio de oficinas o de una casa de campo, el arquitecto habrá logrado su objetivo si esa edificación no sólo es resistente y duradera, sino que además genera bienestar en las personas que la utilizan con regularidad. Buena parte de ello tiene que ver con el aspecto de la obra, así que el manejo de buenos criterios estéticos es vital, y con los apoyos con los que se cuenta para desempañar el trabajo.
Tiempo para la preparación
Las asignaturas que se estudian en la carrera deben complementarse con prácticas y estudios de teoría del color, que permitirán aprovechar correctamente la luz que incida sobre las edificaciones. Esta luz puede aprovecharse de muchas maneras distintas según el diseño y naturaleza de la edificación. Es posible revisar formas y materiales visitando regularmente edificios que destaquen por esa característica.
El hobby de la fotografía puede ser muy útil al estudiante de arquitectura si se dedica a fotografiar estructuras. Revisar ángulos, formas, luz y color es la esencia de la profesión, así que la cámara fotográfica es una gran aliada para quien desee completar sus estudios. Además de la fotografía, el dibujo es una habilidad que todo arquitecto debe cultivar a fondo.
Hay software de ordenador que son apoyos fantásticos facilitando la entrega final de los planos y proyectos, pero ningún programa sustituye a una imaginación activa y una visión creativa de los espacios habitables.
Aprovechar todos los climas y paisajes
Es importante dedicar mucho tiempo al estudio de las variantes climáticas y paisajísticas para lograr la armonía entre la creación humana y el entorno existente. El bienestar de los habitantes de una casa depende en buena medida de la manera en que esa casa se integra con la realidad que la rodea. Por poner un ejemplo, un espacio hipermoderno, predominantemente metálico y de cristal, es pésimo en una playa del Caribe.
El clima también determina condiciones de iluminación y de temperaturas durante cada día y en el transcurso del año, de modo que es importante tener en cuenta esta realidad, especialmente cuando se aborda un proyecto en Europa o en otra latitud con estaciones marcadas.